Como les prometí subir constantemente recetas, les traigo esta tarta que me tiene alusinando con su color, es demasiado verde y pocas veces en pastelería usamos ingredientes tan verdes o postres que queden de este color naturalmente, así que estoy muy contenta con el resultado (no solo por que sea verde, también es rica)
Lo cierto es que no soy tan fan del matcha, he intentado tomar té en todos sus formatos y no me encanta el sabor, pero si me gustan los resultados que da en pastelería si es bien combinado y siento que con la crema de menta y los frutos rojos le da el toque perfecto de frescura.
Es una receta super sencilla, básicamente una crema pastelera de matcha con una base clásica dulce con un toque de limón y una crema infusionada a la menta. El color eso si depende del té que usemos, no todos los té tienen este color verde tan intenso, hay unos además que son especiales para cocinar, pero no es necesario, solo que el color va a variar de té en té.
Estas últimas semanas he estado más tiempo en la casa y he tenido más tiempo para cocinar y me ha pasado que sentía que me faltaban ganas o inspiración para crear algo nuevo, no sabía que cocinar y me puse a ordenar la cocina y al fondo de uno de los cajones aparece este té que tenía guardado hace como un año y casi que estaba por vencer. Me dio rabia por comprar algo que en verdad usé una sola vez y que intenté hacer té y no me gustó y quedo ahí.
Tenía que hacer algo por que no digamos que es un té barato y cuando se vence probablemente agarre un sabor muy fuerte, casi a alga (he probado matcha vencido, no se los recomiendo) Busqué recetas y finalmente encontré una que me gustó y le cambié algunos detalles (esta receta es del Valrhona) yo le puse más té para que tuviera un color y sabor más intenso y el limón, que le quita el amargor al matcha.
Espero que les guste y se animen a hornearla, es suave pero intensa a la vez (no se si eso existe, pero para mí eso describe esta tarta)