Nunca fui muy fan del turrón o nougat hasta que me mudé a Francia y probé en un mercado el nougat de Montélimar. Cada país tiene su versión, como el famoso turrón español, y ahora entiendo por qué les encanta: es suave, dulce y delicioso.
No es la receta más sencilla porque hay que controlar dos mezclas y sus temperaturas al mismo tiempo. Por eso recomiendo usar una batidora eléctrica y, si es posible, tener un ayudante.
El turrón es un clásico de invierno y Navidad, perfecto para acompañar algo caliente mientras cae la nieve… aunque yo sigo prefiriendo la Navidad en el hemisferio sur. Mi receta queda deliciosa, se mantiene por bastante tiempo y es ideal para regalar: envuelta en papel de hornear queda bonita y práctica.
La temperatura del azúcar define la textura: para un turrón suave, cocinar entre 120 °C y 150 °C; para uno duro, entre 165 °C y 170 °C. Necesitarás un termómetro, pero vale totalmente la pena intentar esta receta.