Debo decir que nunca fui muy fanática del turrón o nougat, no le encontraba mucha gracia la verdad, siempre lo vi como algo que le gustaba solo a los viejos, jaja, pero después me mude a Francia y probé el turrón de verdad, en Francia se llama nougat y el más clásico es el nougat de Montelimar, cada país tiene su versión, el español también es muy famoso por ser de los mejores. Ahora entiendo por que les gusta, a mí me desagradaba un poco la textura siempre lo encontré duro y casi que me iba a romper un diente, pero no tiene que ser así necesariamente.
No es la receta más sencilla, pero solo por que hay que estar atento de dos mezclas y sus temperaturas a la vez, así que les recomiendo sinceramente que para esta receta tengan una kitchen aid o alguna batidora que no sea manual y quizás incluso si la pueden hacer de a dos. Un poco de ayuda nunca está de más.
El turrón es clásico acá en Europa en invierno, para navidad es una tradición con algo caliente y mirar como cae la nieve afuera. Es re lindo, pero sigo prefiriendo mis navidades con helado y piscina, jaja. Ahora me encanta el turrón, pero solo algunos, así que por eso decidí hacer el mío y ver si me resultaba y quedo delicioso y se mantiene por bastante tiempo, por lo que lo hace el regalo perfecto. Lo envolví en papel de hornear con unos hilos a cada lado y todos quedaron contentos y con turrón pegado en las muelas, pero no se preocupen por que con mi turrón no salen caries.
La temperatura a la que cocinamos el azúcar va a ser la que hace la diferencia en la textura del turrón, si queremos uno suave lo cocinamos entre 120ºC y 150ºC y si queremos uno duro entre 165ºC Y 170ºC. Para esta receta como se habrán dado cuenta necesitamos un termómetro también, pero vale mucho la pena intentar hacerla.